Era la buena voluntad de Alicia cuando atravesó el espejo, aunque no siempre la buena voluntad va acompañada de buenos resultados. Su tamaño era diminuto en comparación con su contexto y al bajar por el borde no se dio cuenta de lo que se encontraba era un huevo gigante, el cual al ser empujado sin intención, resbaló y cayó estrellándose en el suelo, rompiéndose al momento en muchos pedazos que parecían no poder unirse de nuevo.