16.11.15

Realidad alterna, sueños despierta

La curiosidad invadió mi cuerpo cuando Lino mencionó la veracidad de la existencia de los fantasmas. Me encontraba en uno de esos momentos donde me sentía tan falta de energía y alegría que recordar mi colección de libros favoritos hizo que una ligera sonrisa mejorara mi aspecto.
- Lino, ¿los vampiros existen?
Lino pareció salir de un recuerdo, y con su tono de voz amable y alegre contestó todas mis preguntas.
- Claro.
- Y ¿son malos?
- Emm... pudiera decirse que sí.
- Lino, ¿existen los hombres lobo?
- Sí.
- ¿Y las hadas?
- Sí.
- ¿Y los duendes?
- También. Yo conocí uno de pequeño y mi familia me llevó al loquero hasta que lo vieron ellos también. Después de eso, no volvieron a molestarme.
Me quedé callada, meditando en mi siguiente pregunta.
- Lino, ¿los hijos de los ángeles existen?
Fue como si le hubiese hecho una invitación a una fiesta.
- ¡Claro! ¿De dónde crees que proviene la supuesta "magia"?

Tengo tantas preguntas, tanto deseo de conocer ese lado del mundo. Sé que no es como me lo imagino, lleno de fragmentos del libro que estoy leyendo. Es como si estuviese tan cerca de la salida, a punto de saber la verdad, y mi anhelo de pertenecer.
Yo pudiera matar demonios. No tendría miedo. Entrenaría duro, sin piedad. Y mi vida tendría un propósito. Podría abandonarlo todo, o llevar una doble vida: intérprete musical por las mañanas, cazadora de demonios por las noches.

No quiero dormir. Quiero seguir leyendo. Es una sensación tan emocionante.
Nadie me cree cuando se dan cuenta que me involucro mucho con las películas, tardo unas horas en regresar a la realidad. Pero con los libros es peor, porque puedo tardar hasta semanas. Sin embargo, disfruto mucho de la emoción de la pelea, los paisajes, las aventuras, el terror y la valentía mezcladas, la sensación de la espada en mi mano, la agitación al correr, el dolor del golpe y la adrenalina de la furia. ¿Cómo encontrar la puerta a ese mundo?