20.7.14

Cuarto viaje 2014

Quería y no quería a la vez. Elise y yo hemos hecho una vida juntas como ninguna y distanciarme, aunque fuese una semana por viajar con mi familia, se me hizo un infierno aceptable. Emprendimos el viaje en familia a la ciudad que año con año visitamos, repleta de turistas americanos y callejones con vagos malolientes, cielos nublados y escalones interminables, que al final no fueron tan desagradables gracias a la compañía de Marce.

No diría que se trataba de un temor como tal, pero fue sorprendente la manera en que me enteró mi padre su saber sobre mi afecto por Elise. Decirle a Marce fue lo más sencillo y más extraño porque ya lo suponía pero se molestó conmigo por no haber confiado en ella desde el principio... Y mi madre, fue un caso completo: tomarme una foto con un maniquí la evidenció al decirme con una sonrisa que Elise se podría molestar. Incluso me sentí incomoda cuando una mujer me invitó a bailar. "Es complicado, porque no me gustan las mujeres pero la amo con todo mi ser". Ella es la razón de mi existir y no hay hombre o mujer que me pueda hacer sentir el efecto que ella tiene en mí.

Caminamos mucho, conocimos y reconocimos lugares que volvimos a apreciar, ver las sonrisas de mis padres y escuchar el canto de mi hermana, fue como saltar a una etapa prospera y adulta. Supongo que es porque me estoy mudando silenciosamente con Elise o porque Marce vive fuera.

Una discusión, un malentendido, una dicha y extrañarla hasta delirar fue como un largo tiempo lejos de los brazos de Elise cuando en realidad fueron menos de cinco días. Una eternidad. Nunca había extrañado tanto a alguien, ni siquiera cuando pensé que moriría de soledad, porque ella llena mi ser con una sonrisa.