Debería de contar como un viaje en familia, y de ser así la experiencia más extraordinaria en familia por los sucesos que ocurrieron.
Levantarnos fue lo más pesado del viaje. Ahora que vivo con Elise abrir un ojo es como levantar a una niña pequeña: ella reniega mientras yo trato de tirarla de la cama. Pero estuvimos a tiempo en casa de mis padres, donde se hospedan temporalmente Marce y su novio José. Teníamos que aprovechar su último día en la ciudad y nos embarcamos a nuestro pequeño viaje al famoso puente entre los cerros con su pueblo fantasma y su mina llena de historias a unas pocas horas de distancia. Elise dormía en mi hombro cuando llegamos al camino al pie del cerro para subir al puente. José dormía abrazando a Marce y ninguno se había percatado de que mis padres nos observaban por el retrovisor. Supongo que José no tenía nada de qué preocuparse dado que sus vacaciones en mi casa estuvieron llenos de caricias y palabras cursis entre Marce y él, tal vez mis padres llegaron a verlo normal. Pero lo que no era "tan" normal era la forma en que abrazaba a Elise. Al llegar al puente Elise confesó su temor a las alturas y mi madre sugirió que fuéramos tomadas de la mano. Marce y José lo ven tan normal en nosotras que no se percataron de los grandes avances que tiene mi madre respecto a mi relación con Elise.
Lo que si notan es el bien que me hace ella: verme feliz, verme con actitud para mejorar mi relación con ellos, para mejorar mi relación con Marce, verme con ganas de salir adelante en mi vida. Y ellos son felices gracias a ella. Creo que nunca podremos agradecerle el bien que nos hace gracias a todo el amor que siente.
Elise se quedó con mi padre mientras Marce, José, mi madre y yo nos aventábamos por las tirolesas de 500 y 450 metros. Para mí de las mejores experiencias: batallar para cruzar las piernas, el temblor en los brazos al soltar la cuerda y ver mi recorrido de cabeza hasta que llegar a donde los demás estaban. Podría hacerlo una y otra vez.
Horas después Elise me contó que mi padre le había platicado sobre muchos temas, algunos que eran secretos de familia y que no a cualquiera se les dice. Pensar que las personas que más me importan son las que están más agusto con mi relación es increíble para una familia poco tolerante a la diversidad sexual. El regreso fue mi breve descanso en el cual me perdí reviviendo en sueños las caricias de Elise mientras caminábamos en el puente y mi trayecto de cabeza sin darle la importancia debida al momento en que mis padres aceptaron a Elise como la persona que quiero para pasar el resto de mi vida a su lado.