Se trataba de una conversación normal que fue interrumpida. Apenas había llegado a la parte importante, pero tanto a Jorge como a mi no nos gusta hablar de temas importantes personales con personas ajenas, aún y cuando ésta sea su novia.
No me siento clasificada, y es un sentimiento que pocos pueden decir porque, a pesar de que Elise es una mujer, no me gustan las mujeres. (Jorge se empezó a reír de mí) Pero ella es diferente...
Mónica se sentó en la mesa y Jorge cambió radicalmente el tema, por lo que la tarde siguió normal.
... Diferente a todas las personas que he conocido antes. Acepto que es una joven muy guapa, elegante y sofisticada, pero eso no me llama la atención. Es su simpatía, la energía que emana, su autenticidad y su cariño desbordante lo que me tiene a su lado. Puedo sentirme amada en cada abrazo suyo, en la mirada perdida que me regala de vez en cuando y en su sonrisa tímida a través del reflejo del cristal. "Quiero exprimirme", le había dicho a ella, "exprimirme como un limón, que no quede nada de mí", porque quiero darle todo lo que tengo. Ojalá hubiese un objeto para regalarle y que pudiera observar en las tardes tristes para recordar lo mucho que la amo. Amo su esencia, su persona. La coincidencia de que se haya cruzado en mi camino y la forma en que va cambiando mis sentidos. Pudiera besarla cada minuto del día, pero nunca hay tiempo suficiente para estar con ella...