Al fin se acabó el 2013. Los días pasan demasiado rápido, tanto que no me da oportunidad de aceptar cada instante. Fue un año lleno de adjetivos. Me di la oportunidad de vivir excesos que en otro momento me parecerían inmorales, desafié la autoridad, trabajé formalmente casi un año, perdí a alguien a quien quería demasiado pero también conocí a personas extraordinarias que llenaron mi espíritu y me enseñaron, como René o Gelo, viajé sola más veces que en otros años, puedo decir que me enamoré de ilusiones y de pensamientos, encontré alegría en Ricardo, lloré lo que no había llorado en toda la vida y al fin publiqué mi primera grabación cantando.
Ha comenzado una nueva etapa, dejaremos atrás algunas cosas y otras las reforzaremos, dejaré algunos excesos y concentraré energías en lograr la meta deseada: la música. Conservar personas en mi vida no es fácil, el tiempo me ha demostrado que por mucho que me esfuerce muchos se irán, sin embargo, su memoria siempre encontrará un lugar reconfortante de mis pensamientos.