Si de no pensar se tratara, viviría en la capital sin haber terminado la carrera que inicié, tal vez estaría estudiando música, trabajaría de mesera en un restaurante hippie y vendería pulseras en mis ratos libres. Probablemente tendría más tatuajes y perforaciones, viviría en un cuarto con un baño, suficiente para dormir y bañarme por las mañanas, comería más tacos y fumaría en cada atardecer. Sin embargo, heme aquí, en mi ciudad natal, sentada detrás de un escritorio, con el título en trámite de ingeniería, con ropa de vestir, dedicándome a la organización de eventos, respirando el humo de los cigarros de mi jefe, escuchando música por lo bajo y recordando la tarde de ayer. Tal vez así debía ser. Nunca me he arrepentido de nada, aún y cuando dolía respirar por la herida, y no lo haré.
Me pregunto si caminara por el prado y un rayo me tocara, con su luz impactando mi tranquila y amarga soledad, si fuera suficiente para alumbrar mis penas y llevarme a un escenario en donde mis demonios se vuelven mis amigos, en donde no hay culpas sólo diversión, en donde la belleza está en el interior y no en la apariencia, en donde las horas se vuelven minutos y los abrazos se vuelven momentos. Si el rayo tomara apariencia humana sería brillante, inteligente, impactante, inesperado... En su compañía, mis problemas son olvidos, es como vivir en otro mundo, una realidad alterna, sin culpas ni dolores. Me describió como lo solía hacer mi madre, como el dije de mi cadena, como lo que más necesito en el día... Me sentí comprendida y tan sólo conoce lo básico, lo que me permito decir. Las sombras me acechan, llenas de angustias pasadas y dudas quebradizas, encontrándose con una confusión interna constante que no cesa sólo se disipa temporalmente, llenando los espacios con recuerdos de anhelos amargos y esencia de alguien que no era. Es la luz del rayo que recorre a gran velocidad, iluminando, entregando, comprendiendo...
Estoy dejando de pensar, estoy siguiendo mis instintos como dijo Gustavo, estoy disfrutando en vez de analizar, llevando la música en la piel. Estoy caminando hacia la luz.