Estaba evitando a toda costa que llegara este día, pero inevitablemente dieron las 12:00 a.m. y se presentó el no invitado. Y aunque aún deseo con todas mis fuerzas que regrese el tiempo, hoy no ha sido tan malo. De hecho, ha sido un gran día.
A media noche, mis padres y Marce bailaron conmigo mientras "Las Mañanitas" sonaban en la radio. Luis Arturo fue el primero en mandarme un mensaje, el siempre es de los primeros en acordarse. No me esperaba de mi nuevo amigo Daniel, el ingeniero de sistemas del hotel, un mensaje tan bello, me hizo sonreír. Miguel me felicitó aunque teníamos meses sin hablarnos y Luis Carlos me ha estado consintiendo desde que comenzó la semana.
Un extraño me regaló 50 centavos para que alcanzara a pagar mi bebida y el señor del taxi fue muy amable en darse un poco de prisa para que yo llegara temprano, sin saber el gran detalle que me estaba regalando. Mi jefe, la persona mas voluble de este planeta, me compró un pastel y Jesús me regaló una rana morada que rapea. Ha sido de los mejores regalos que he recibido. A mediodía comimos pastel e invitamos al Sr. Garza, Nadia, Nancy, Juan Carlos, Ale, Gelo y mi jefe. Me cantaron "Las Mañanitas" y seguimos trabajando. De repente, llegó el capitán de banquetes con un arreglo floral sencillo que no tenía tarjeta ni nombre de la florería. Absolutamente nadie me quiso decir quién lo envió. Aprecié la llamada de Oscar y las buenas noticias de Manuel.
Salí a comer con mis padres a un restaurante de comida árabe. No era de sorprenderse que Marce saliera con algún comentario ridículo, así que ignoré la plática y me concentré en ideas vagantes de mi cabeza. En la noche recibí la llamada de Carina, ella siempre me pone feliz, justo antes de que mi tía Betty y Luis Carlos me llevaran a comer nieve. Aunque me quedé con la falsa esperanza de que este día sería un buen momento para reconciliarme con Raúl, no me dejé abatir hasta que pasó de medianoche.
Estoy cerrando círculos. Hoy es 22 con 22 y voy a exprimir al mundo. Este es el año.
