1.3.13

Tiempo relativo

No está disipado el miedo aún. Pasa el tiempo, robando la juventud y dañando el corazón. La incertidumbre crece bajo su cobijo, preparándose a encontrar el punto exacto para herir el alma. Los días vienen y van, melodías en un piano empolvado, la lágrima derramada, el consuelo que no tiene dónde dormir. La mirada que busca una sonrisa, algún vestigio de lo que un día fue, y se queda sola, esperando, impaciente, desesperada, afligida, desolada. Pasa el tiempo y las manos se arrugan, están a la espera de la caricia, ellas que un día estuvieron unidas a las tuyas, aun recuerdan como la energía les era transmitida, perdiéndose lentamente en la memoria. Los pies caminan despacio y no encuentran el descanso, tropiezan con el dolor que no los deja avanzar. Pasa el tiempo y se ha perdido el color de sus ojos, ellos no soportaron llorar un día mas. La esperanza está escondida bajo las frases carentes de sentimiento, agonía que emerge cuando llega la noche, un corazón roto que quiere dar y no logra llegar, late sosteniéndose del poco oxígeno que le queda, añorando la intensidad de aquellos momentos. No está disipado el miedo aún. Pasa el tiempo y parece que han sido días o han sido años, pero seguimos aquí. Sigues allí. Sigo aquí.