28.2.13
IX
Con los ojos pesados, hinchados y adoloridos, a causa de la multitud de lágrimas derramadas la noche anterior, viajaba en el transporte público rumbo al trabajo. Verla subir me hizo sentir un poco de envidia. Se veía muy guapa en su traje negro con bufanda beige con brillos. Me sentí un tanto descuidada en mi aspecto. Jess me regaló una sonrisa y se sentó a mi lado, platicando animadamente sobre el proyecto que iba a exponer en la escuela. Al despedirse, consideré seriamente llegar a arreglarme antes de iniciar mis labores. Aun me quedaba mucho tiempo antes de mi hora de entrada, pero el dolor en el pecho que había sentido anoche hacía que mi corazón se estrujara con cada minuto que pasaba. Opté por caminar las veinti-tantas cuadras hasta mi trabajo sin importarme el frío que quemaba mi piel y mis nudillos, necesitaba un momento para intentar aclarar mis pensamientos. Me sorprendí a mi misma sonriendo al pasar junto a un tronco que se estaba quemando. Me gusta el olor a madera quemada, pensé, igual que el olor a tierra mojada. Me traen bonitos recuerdos de mi infancia acampando en los exteriores.. Rápidamente, llegué al edificio donde laboro casi todo el día. Me estoy tratando de animar por el evento de esta tarde, alejando las interrogantes que me hacían llorar.