16.2.13

Nos volvemos a encontrar

Al fin recuperé mi blog. Alguien, con malicia o sin intención, lo reportó como inapropiado y estuvo suspendido al menos un mes, cuando mas lo necesitaba. Para mi es muy importante porque es el medio en el cuál desahogo mis pensamientos, ideas, penas y alegrías de una manera literaria, en un estilo de habla moderno y con situaciones del mundo real o relatos fantásticos de mi mente soñadora.
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Sucede en una ciudad, muy lejos de donde había vivido algún tiempo, ella se encontraba sentada en el sillón café de bordes toscos, burdamente llamados modernos, que, a pesar de su aspecto, se sentía acogedor y cómodo. Las lágrimas le habían brotado durante días en aquel sillón. Su pijama, de pantalonera negra y una playera de tirantes azul, emanaba la sensación de tristeza. Pero no quería dejarla, porque habían sido las prendas que uso en la última noche que pasó con el. 

Él la abrazó por la cintura, mientras ambos intentaban conciliar el sueño, impidiéndose internamente romper la tensión de estar juntos. No tanto el deseo, aunque si existía, sino el amor una vez ya profesado que ambos no querían mencionar. Ella se volteó hacia él, con mas voluntad en su cuerpo que en su mente, sintiendo como él perdía los estribos al acariciar su mejilla, sin conocer que el tenía mas voluntad en su mente que en su cuerpo. Ella casi no se movió y dejó que él tocara su cintura con su mano, mientras que en la mente de él se dibujaban límites y señales de peligro. Él se levantó y la besó profundamente en su boca, dando la sensación que sería el último y el más intenso. Ella ya estaba loca pero él, y dándose cuenta del límite prohibido que estaba por ser cruzado, él le volvió a acariciar la mejilla, se acostó y se durmió. Ella concilió el sueño pronto, cumpliendo su cuento de hadas en la imaginación.

A la mañana siguiente, se despidieron como extraños compañeros de trabajo. Ella volvió sobre sus pasos, tomándole del brazo, pidiéndole que la besara nuevamente y no la dejara ir. Pero el simplemente sonrió, la abrazó brevemente y siguió su camino. Ella no volvió a saber de él.
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Analizo meticulosamente el "amor" porque para mí eso no existe. Y sin embargo, escribo mucho sobre él. Lo increíble es no tener la capacidad de entenderlo, cuando todos se han dado cuenta y yo no, sabiendo que su elección fue incorrecta. ¿Cómo explicas a quién se elige? ¿Cómo juzgas si no conoces?