12.1.13
El beso prohibido II
Al paso de los días, ella fue entendiendo que lo que su corazón buscaba se encontraba fuera de lo que la realidad le permitía. "Probablemente a él le pase lo mismo", se repetía constantemente. Y la verdad es que él también quería intentarlo, quería darse la oportunidad de poder amarla. Pero él también analizaba la situación. Y en un momento, dejó de ser quién le quitaba el aliento a ella, porque así debía de ser. Ella se sentía sola. Todo aquello que había conocido, que había disfrutado, que había amado, se resumía a él. Como si el destino la hubiese llevado a él, y él se había vuelto alguien completamente diferente. "Mágico" era la palabra con la que ella lo describía a él. Salió del restaurante donde se encontraban. Ella sentía que en su corazón solo quedaba cenizas, polvo de lo que fue y lo nunca volverá a ser. Él se levantó de la silla, esperó a que ella regresara, mas no lo hizo y salió con rapidez del lugar. En la esquina, sentada viendo al horizonte para esconder su dolor, meditaba ella, sintiendo como se acercaba el amor de su vida, con la decisión de levantarse, tomarlo en sus brazos y besarle hondamente, aún si estaba prohibido, puesto que su amor superaba toda aquella regla que la sociedad había escrito.