2.12.12
Por Melesia
Lo más difícil es... que no termina y no decrece. Yo era fuerte porque debía serlo, para que mis padres no sufrieran más y para que mi hermana pudiera apoyarse en mi. Pero me dolía hasta el alma ver tus cosas intactas, la costumbre de atenderte, la necesidad de buscarte. Ahogada en llanto silencioso, recostada sobre mi cama, pretendiendo dormir, recordaba como los ojos de mis padres se inundaban de lágrimas con el simple hecho de recordarte. Ya no podía llorar, no podía hacer nada. La voz de mi hermana pidiéndole al cielo que te regresara a sus brazos retumbaba en mi cabeza. Cuando veía a mi padre pensar en ti, sus ojos cristalizados a punto de llorar y respirar hondamente para calmar su dolor, todo para que nadie se diera cuenta de su sufrir. Pero yo lo conozco, y me identifico con su sentir. Pasada la media noche, en la casa solo se escuchaba las canciones que mi padre escuchaba por lo bajo, "Always on my mind" y "Bridge over troubled water".