10.1.12

Primer viaje 2012

Empezando el año en la gran capital del país  en donde me decidí a cambiar la vida, porque para cambiar nuestro entorno debemos de hacer el cambio primero en nosotros.

Siempre me ha parecido que viajar despeja la mente y alma de las malas situaciones y los pensamientos negativos, pero a la vez considero que es pasar de la realidad a una fantasía pasajera. Bueno, la mía empezó bastante bien.

Amo poder salir a caminar y sentir la libertad del lugar desconocido por el que transito. Muy dentro de mi se encuentra esa sensación de inseguridad que florece sobretodo cuando el cielo se inunda de nubes. Aun así  perderme en la misma colonia forma parte del aprendizaje de movimiento y memoria fotográfica para que no vuelva a incurrir en ocasiones similares. Poder ir y venir a donde mi voluntad me mande me da el tiempo suficiente para reflexionar sobre mi propósito en esta vida y lo que deseo hacer a partir de ahora. Lo malo es que mucho tiempo para pensar a veces deprime.

Deprime la idea de volver y, al mismo tiempo, el saberse sola. No es como que en esta gran ciudad no encuentre con quien hablar pero el buscarla te puede llevar el día entero. Ya cuando ha oscurecido, camino pegada a las paredes en espera del contacto con una mirada amable y con la esperanza a flor de piel de que me encuentre una amistad perdida, abandonada, olvidada...

Lo cierto es que, a pesar de todo, me rehúso a la idea de volver cuando estoy consciente, y cuando la noche llega y turba mi sueño, la añoranza de esa sonrisa y la calidez de las personas que tienen tiempo en el lapso de mi existencia en este mundo me producen sueños en los que deseo seguir dormida para enterarme del final y grito con todas mis fuerzas para despertarme y no pensar en eso una vez mas.

Me encantaría vivir aquí. Es una ciudad que me gustaría aprenderme de memoria y caminar con la seguridad de que encontrare esa sonrisa, esa risa, esa esencia de persona que busco con tanto ahínco por las calles desiertas y abarrotadas de personas.

Que contradicción la de mis pensamientos pero como siempre he comprendido "se puede estar sola en un lugar lleno de gente".

La gente no es tan mala como la pintan los noticieros. Escuche decir de una mujer: Yo ya estoy preparada mentalmente a que eventualmente me van a robar. Yo pienso que hay que tener mas fe en las personas y no exponerse a situaciones peligrosas.

Mi moraleja de esta experiencia, aunque falta tiempo para que termine, hacer lo que te de miedo te dara herramientas para conocerte mas. Maneje en la capital, pueden creerlo?