21.12.11

Alcanzando a la comida francesa

Anoche, mientras veía una película que se supone la veríamos en familia pero a casi todos les gano la hora temprana de la madrugada, guarde la mejor imagen de mis padres acomodados como adolescentes enamorados tomando una pequeña siesta.

Yo estaba fascinada con la película. Julie&Julia me inspiraba a tomar una sartén y un cucharon y preparar lo que sea con lo que hubiese en la nevera y el refrigerador. Dada la hora, era una misión imposible.

Lo que me lleva a la cocina, en donde se encontraba una bolsa con papas y una manzana de aspecto poco digerible porque parecía una papa. Supongo que mi padre nos quiso hacer una pequeña broma. Aunque, tal vez, a mi no se me habría ocurrido hacer semejante travesura.

Y hablando de travesura, a mi corta edad pero en la que ya se me considera un adulto en la sociedad, estando con mi mejor amigo, Manuel, y mucho tiempo de sobra, nos pusimos a empañar el cristal del auto solo con el calor corporal de las manos. Debo admitir que afuera no hacia mucho frío y el calor que el transmite esta fuera del rango normal. Yo debía hacer un gran esfuerzo para poder empañar unos cuantos centímetros cuadrados cuando Manuel ni siquiera se esforzaba y empañaba casi la mitad del cristal frente al volante.

En algún momento, mi pensamiento se perdió en la película de la historia de dos grandes cocineras que empezaron en su casa y se convirtieron en historia. Julia, de una época como de mis abuelos, que amaba a su esposo y la comida, empezó su larga travesía tomando clases de cocina, y Julie, una mujer con un trabajo deprimente y una gran fascinación por cocinar, que empezó a escribir sus aventuras y desventuras que vivía en su cocina en un blog mientras trataba de preparar todas las recetas que, años atrás, Julia había publicado, hasta volverse una famosa escritora.

Quien sabe, puede ser que en algún lado de esta ciudad o del país alguien este leyendo esto y se ria un poco de mi y mis pensamientos vagos que escribo, mientras me examino bajo la lupa imaginaria de mi cabeza.

Terminare diciendo como Julie, cereal para desayunar.

(Necesito mejorar mis cualidades culinarias si quiero escribir de comida)