21.12.17

¿Milagro?

A pesar de que los planes van cambiando, seguimos juntos porque nos amamos. Porque yo no concibo la vida sin él. Es tan... todo para mí, lo que realmente soñé en esta vida.

Pero ya son dos en una semana, en el mismo lugar de impacto, diferentes locaciones y con un riesgo total de muerte para los dos.

Hoy, hace justamente una semana, regresábamos del trabajo (como siempre), la lluvia empapaba el cristal y el frío lo empañaba por dentro por lo que viajábamos con los vidrios bajos recibiendo el aire helado en nuestras caras. Poca velocidad para evitar un accidente. De pronto, unas luces aparecieron a nuestra derecha y ví correr el tiempo más lento, sabía que no pararían así que aceleré todo lo que pudo el motor y por un segundo creí que lo lograríamos pero al segundo siguiente la llanta trasera derecha se levantó por el impacto, el carro viró casi quedando en sentido contrario y Leo se bajó inmediatamente. Quería preguntarle si estaría bien pero pensaba en nuestros planes y debía revisar el auto. Los otros arrancaron y se dieron a la fuga, cruzando en rojo el resto de los semáforos de la calzada. Leo y yo, debajo de la lluvia, nos vimos y con solo un movimiento de cabeza sabíamos que los dos estábamos bien. Unos meseros del salón de eventos que estaba en contraesquina de dónde ocurrió el accidente corrieron a nuestro encuentro, preguntando si estábamos bien, si requeríamos de ambulancia... Pero Leo y yo estábamos bien, y el carro también. Había sido un milagro. Sólo un pequeño metal doblado como daño secundario cuando el daño real pudo haber sido la muerte.

Anoche, después de trabajar y a una gran velocidad, nos encontrábamos manejando cerca de nuestra casa y al dar la vuelta en una vía de alta circulación una camioneta no frenó en su rojo y así se estampa contra nosotros. De milagro seguimos vivos.