Todavía no me agrada en su totalidad la natación. Tiene sus defectos, como todo en esta vida: la soledad de pensamientos, el diálogo con dios o conmigo misma, la desagradable reproducción de música mental, el dolor en la garganta y la necesidad de respirar. Cada inhalación como si fuese la última.
Me sentí mal teniendo la pseudo-experiencia de labor de parto. Fue realmente humillante, lloré. Y aún así, seguimos. Aprieta con mariposa, descansa con dorso, avance de pecho, tire en libre. Aguanta la respiración un poco más antes de tocar la pared final.