Desear regresar en el tiempo es pretender borrar un pasado del cual se ha aprendido. Querer volver atrás es signo de trascender negativo. Aferrarse a la idea es una fatídica fantasía sin propósito para crecimiento. Y a pesar de ello, lo hacemos.
La sonrisa vacía, la caricia sin sentido, el camino a recorrer: un bosque vacío o lleno de flores. La piel erizada, la preocupación en los ojos, el insulto y el dolor. La presencia ausente, los besos sin sentir, el deseo de soledad.
El inicio -como si hubiese sido ayer-, la fantasía de una vida futura, las mariposas en el estómago y los besos apasionados. Enamorarse y jurar amor eterno... Y hoy: llegada la conclusión de que el defecto radica en mi interior, que tal vez no tiene remedio, que tal vez estoy maldita, que tal vez no estoy hecha para hacer feliz a una persona de esta forma.
Aferrada al amor de mi vida, pero nunca dijeron que la felicidad le acompañaría. Aferrada a la idea de que pudiera hacerle feliz, pero nunca dijeron que sería yo quien lo lograra. Aferrada a que esté conmigo, pero nunca dijeron que eso le haría feliz.
Daño hecho está y no volverá a ser la persona que era antes conmigo y eso ha sido consecuencia de mis actos. Aferrarse a cambiar, a volver a ser lo que era antes, a dejar pasar lo ocurrido pero no olvidar lo aprendido. Aferrarse a tratar de encajar otra vez porque la persona que soy no encaja en su realidad.