16.9.13
Tercer viaje 2013: Parte II
Hay tanto que quisiera decir y hacer pero la lluvia me impide andar en la calle y me quedo encerrada en una habitación de colchón cómodo y música a todo volumen. Extraño muchas cosas de mi ciudad natal, a mi padre, a Carlos y a Gelo, el cielo sin nubes. Y a la vez no quiero regresar porque es volver a lo mismo de siempre. Me gusta estar aquí... a veces. Las nubes me mantienen sumida en mis pensamientos dolorosos, con muchas ganas de correr, gritar, buscarlo y pedirle perdón, aun y cuando ya lo había hecho anteriormente. ¿Por qué vuelvo a lo mismo? Ya no hay nada que yo pueda hacer. Eduardo decía que venía a buscarlo, y en teoría así era, pero quiero crecer y dejar atrás todos los males pasados. Carlos me exigió que dedicara mi tiempo a conocerme y aprender de mi misma pero me siento diminuta cuando lo intento. Es como si mi subconsciente se hubiera bloqueado para poder llegar a los rincones donde me siento fuerte e invencible. Me siento nostálgica. Ya no tengo distractores, renuncié a mi trabajo, terminé la escuela y estoy lejos de mi hogar donde encontraba cualquier cosa por hacer. "Piensas mucho", recuerdo constantemente la voz de Andoni, pero no logro quedarme en blanco. Creo que necesito ayuda profesional, no tanto por la depresión que poco a poco se desvanece pero si unas palabras que tranquilicen mi andar. Necesito un consejo y no se a quien pedirlo. Si la sangre y el pasado nos une, ¿valdría la pena hacer un último intento de recuperar su amistad? Es increíble la forma en que esa situación afectó mi vida y mi ser. Dejarlo pasar no ayuda porque lo he intentado todo el año y aun así algo en mi interior se aferra a la esperanza de que las cosas pueden mejorar. ¿Qué debería hacer?