18.9.13
Perdida
Me he aferrado tanto a la Lupa porque no encuentro mi lugar. Estoy como quien diría perdida. Es una ciudad que sobrepasa todo lo que conozco, supongo que salir de mi ciudad provincial para pensar en algo mas permanente es lo que me arrastra al suelo. No sueños, solo la realidad de una rutina aburrida entre transporte y tiempo perdido, creyendo que es mejor por ser la capital del país sin dejar a un lado las oportunidades que se pueden ir presentando. Esto es madurar y salir del caparazón: No hay desayunos deliciosos sino lo que encuentras en la alacena, no hay sonrisas al regresar mas que el eco de una casa vacía, no hay abrazos que reconforten los días nublados solo cigarros mentolados, las palabras y caricias que te aislaban del dolor ahora son la indiferencia de una sociedad que vive corriendo. Es volver a comenzar, volver a hacer amigos, volver a confiar en la señora de la miscelanea, aprender a sonreír sin motivo alguno y encontrar una razón para existir.