13.8.13

Lo que crees no es lo que parece

Se me está acabando el oxígeno y el dolor de la espalda es apenas tolerable. La comida no me sabe y sigue el hueco, los días no importan y la motivación es ineficiente. Estoy tan falta de todo que he perdido las ganas de vivir. Si mañana no amaneciera no habría problema alguno porque he vivido, viajado y experimentado mucho en pocos años, que no extrañaré todo lo demás. Cuando tenía siete años capitulé la muerte en un inmerso mar de pensamientos durante una semana hasta que la entendí y me sorprendió que me doliera hasta los 22 años. Pero esto ya no es vida. No se trata de pedir ayuda. No quiero ser un bicho raro por mi naturaleza, quería sentir y vivir como una persona normal y ser diferente en pensamientos, pero no al revés, cuando me dejo llevar por pensamientos comunes y lo que soy me exilia incluso de mis propios amigos. Me sostengo sólo porque me prometí que no caería en la autodestrucción y mi honor en la palabra es lo único que me queda. Se me está acabando el oxígeno. Ves en mi lo que crees que soy pero la realidad no es lo que puedes ver porque la herida no sana por infectada y sus males han extendido su cáncer mientras lentamente se va agotando el oxígeno.