28.7.13

Impersonal

Un hombre sentado en el malecón observando el movimiento de las olas, sintiendo la brisa en su piel, inmutado por lo que pasa a su alrededor. Su preocupación es el tiempo. Saca un reloj de bolsillo de oro con el grabado en latín non paenitenda y observa la hora. Las aves vuelvan surcando el cielo en un atardecer que se proyecta sobre un espacio rosa, rojo, naranja, morado, sobre un mar cristalino. Está tranquilo. El hombre viste un saco y sobrero, si se levanta es un soldado, si abre sus labios un músico, si mueve sus manos un pintor, si saluda es un caballero, si camina es deportista, si baila es arte en movimiento. Un hombre con características andróginas. En sus pensamientos se inmiscuyen las palabras de un consejo y de un fragmento de película. Está tratando de encontrarse en el mundo, viajando en un barco con dirección al horizonte sin saber que se encuentra al otro lado. Está buscando. No confía, asiente. Sin encontrar las palabras que le definan su sentir, su visión, su destino... Anda por el malecón escuchando una melodía personal, una percusión y un violín. Tiene un objetivo. Se quita el sombrero y su cabello cae. Es una mujer.