Soñé que era un chanate, agredido por los humanos buscando un espacio en la ciudad para mi, donde pudiera comer granos y bañarme en charcos, sin molestar a nadie. Donde la libertad estaba en ir a donde el viento me llevara, comer lo que quisiera, ver el horizonte o caminar entre palomas... Y desperté. Estaba en una jaula de 4 paredes, encadenada y guiada a una institución
educativa, enseñada a comer chatarra y a comportarme
común como lo hacen los demás. Si el dolor pudiera liberarse como hace el cuerpo al respirar, la vida seria mas simple y mas bella, sin preocupaciones, sin aflicciones y plena como cuando los chanates volaban sobre la superficie del campo que yo soñé.