30.9.12

Julieta

Acostada en un sillón de la sala, me encontraba viendo el final de una película junto con Marce. Y lo que yo no aceptaba abiertamente era el final feliz donde ella busca a su alma gemela que vino siendo el nieto de la remitente de una carta de incontenible amor, escrita 50 años atrás  a quien la joven protagonista respondió en su viaje por Verona.

Si yo pudiera escribirle a Julieta, seria algo así:

Querida Julieta:
Mi vida es un completo desastre. Lucho cada día contra la adversidad, la sociedad y sus reglas, sus normas y costumbres, su cultura y sus limitaciones. Me encuentro desesperada en un espacio rodeado de limites invisibles que me convierten en un alma aprisionada que busca y no encuentra. Estoy decidida a dejarlo todo y encontrar aquello que le de sentido a mi existencia, a mis sueños, a mi sentir. La razón por la que palpita rápidamente mi corazón  que no ocurre muy seguido, que se pierde fugazmente, que no vuelve hasta el momento menos indicado, menos esperado, menos soñado. Quisiera aferrarme a ese sentimiento que me hace suspirar, pero en lugar de eso caigo en la sensación de olvido, tristeza, desolación y soledad. Diría que soy cobarde por no haber hecho lo correcto en su momento o por mentirme a mi misma para tratar de sobrevivir día con día en espera a que el destino toque mi puerta. Tal vez me estoy perdiendo de muchas cosas porque espero el día en que sea libre para poder ir en busca [...] y que llegue el momento en que te escriba "Lo he logrado".
Con amor, A.