Entonces, fuera de lo esperado, el hombre rompió en llanto y sujeto a la enfermera violentamente. Ella estaba asustada, pero a la vez mas conmovida por el motivo de la escena. El hombre sujetaba la mano de su compañero, quien respiraba dificultosamente por medio de una maquina y quien no daba mas señales de vida cerebral. El hombre a su lado simplemente no estaba listo para dejarlo ir.
Era una madre primeriza, joven, aun estudiaba, eso podía notarse a distancia. La forma en que se encimaba sobre la incubadora y volteaba a todos lados cuando los sonidos del monitor se alteraban. Dentro de la incubadora permanecía una criatura de no mas de 500 gramos, no mas grande que la palma de una mano adulta, no mas fuerte que los débiles latidos de su corazón Sin embargo, la madre lloraba, cual niña malcriada aferrada a sus caprichos, por ser su primera vez.
¿Por que aferrarse a una vida sin dignidad?
¿Capricho? ¿Soledad? ¿ Ilusión?
Y mientras se besaban, como si fuera la ultima vez, el sostuvo entre sus manos el pálido rostro de su amada y le dijo en un susurro: "Podemos estar juntos para siempre". Y sucedió En un suspiro, ella abandono el mundo de fantasía en el que vivía y la oscuridad abrazo al hombre, que se defendía con todas sus fuerzas. La belleza del amor que conocían ahora estaba escondida en el nuevo lugar al que habrían de arribar, un lugar llamado realidad.
Palomitas de miz para aliviar el corazón.