Los viajes empiezan desde que uno lo imagina hasta que lo lleva a cabo. El viaje de la vida empieza cuando uno lo desea y lo realiza. Soñar no cuesta, pero quedarse en sueños es hacer nada, y hacer nada nos lleva a tener una vida plana y vacía Yo, por ello, empiezo con sueños y, próximamente en viajes (aunque siga consultándolo con la almohada).