No se como empezar, aunque no lo parezca o aparente ser, esta clase en realidad es muy importante y me ayuda mucho. No solo a mi, también a Mónica (porque me lo ha dicho), no sabes lo mucho que a todos (al menos a mi y a Mónica, pero no dudo que a todos los demás) nos ayuda.
Aparte de enseñarnos cosas que no se si aprenderíamos en otro lugar, como tu has dicho es como una familia y si se siente la confianza que hay y la verdad me hace muy feliz ir los viernes (es mi día favorito porque voy ahí).
Al menos yo tengo problemas en mi vida y muchas cosas que quisiera cambiar pero no necesariamente puedo, e ir ahí me ayuda mucho y no se, es un momento de mi vida que dedico a mi mismo y lo paso con gente como tu y eso me hace muy, pero muy feliz. Siento que me (y nos) ayuda a alcanzar a donde quiero llegar y nos ayuda como personas.
Esta clase significa mucho para mi, tal vez mas de lo que debería o se supone pero es algo que en verdad disfruto mucho y he aprendido muchas cosas de ti y de los demás que son invaluables. El meditar al principio también esta genial, aunque pido perdón ya que al empezar no lo hacia bien y no lo tomaba con seriedad pero he aprendido a apreciarlo.
Si no pude decir todo esto ayer que me pediste mi opinión es porque siento que es mas fácil decir lo que siento así (escrito). Cualquier error de ortografía que encuentres perdón, no era mi intención equivocarme.
Creo que con esto dejo claro lo que pienso y siento sobre la clase, porque veo que le das mucha importancia a lo que opinamos y eso se aprecia, especialmente ayer estabas muy preocupada de la clase y sobre como estuvo. En verdad no hubo mejor que hayas podido hacer, es decir, la clase fue simplemente perfecta.
En este escrito trate de hablar mucho por mi, pero no dudes que hay mas gente que se siente de esta manera. Gracias por utilizar tu tiempo con nosotros, aunque no lo creas cambias mucho nuestras vidas (hacia bien, obviamente) y te pido que si se puede, esta clase o taller o, mas bien, este espacio y tiempo para nosotros, nunca acaben.
Con mucho amor, Alberto.
(Y también los demás, no dudo que se sienten igual)