6.5.14

Asalto

Siempre hay una primera vez. Ya debía verlo venir y todo por un comentario mal recibido.

Fue genial ayer cuando Zeyda aprobó mi relación con Elise, decía que eramos contrapartes que embonaban a la perfección, que lo explosiva en Elise se calmaba con mi esencia y que a su vez yo era más viva gracias a ella. Error no. 1: Mal recibido. No se trata de que sea un mal comentario, es la repercusión psicológica que conllevó: tener a Elise en mis brazos y empezar a juguetear sin importar nuestro alrededor, sin poner atención a los detalles, olvidarme de la hora, dejarme llevar...

Se acerca un hombre gordo, me empuja, me jala el morral y le arrebata el celular a Elise, forcejea conmigo mientras Elise le golpea, grité y le tiré un golpe, me avienta y caigo mientras el morral se desgarra y el hombre sale corriendo. Nunca pensé correr tan rápido, casi lo alcanzaba, hasta que se subió a un auto con la amenaza de un balazo a ambas. Error no. 2: Paralizarse. Podría haberlo acorralado antes de que subiera al auto, podría haber recuperado mi morral y tal vez el celular. ¿De qué sirve saber defensa personal si llega la parálisis? ¿Y si le hubiera pasado algo a Elise? Corremos al auto y arrancó a toda velocidad, Elise parecía tranquila.

No dejo de sentir culpa. Nada me costaba quedarme con el comentario, sacarle lo bueno y dejar ir lo malo, pero ahí estaba yo dejando salir a mi ser irresponsable cuando Elise corrió peligro por mi culpa. Si nos hubiéramos ido cuando me dijo, probablemente habría evitado el infortunio. Mi madre recitaba en voz baja, apenas audible, "rezale a San Antonio y él te ayudará". Antes de dormir, le dejé un recado a mi madre: Ma, ¿alguna vez te ha fallado San Antonio?

El día de hoy ha llegado un hombre mayor con un niño de tal vez un año a la puerta de mi casa. No estaba en condiciones de trabajar y debía tramitar toda mi papelería de nuevo. Mi padre abrió la puerta y quedó tan sorprendido como yo cuando comentó el hombre que un compañero de trabajo tenía todas mis identificaciones, nos dio un teléfono y fuimos a verlo cuando tuvimos contacto con él.

Las cosas de la vida: éste señor llamado Sergio es subordinado de uno de mis jefes scouts que me conoce de toda la vida, el sr. Antonio. Don Sergio recogió todo lo que encontró alrededor de las identificaciones [todo lo que había en mi cartera] y me las entregó sin pedir nada a cambio. Le llevé un detalle en agradecimiento.

Me considero una persona agnóstica, por lo que ahora me siento inestable en mis creencias. Mi padre dice que mas que una persona afortunada, estoy bendecida. Bendecida Elise por no haber sufrido daños.