10.8.12

VI

La sensación inexplicable al ver tu rostro al acercarte hacia mi, darme un beso en la mejilla y despedirte como quien no demuestra su sentir y, sin embargo, tus ojos denotan dolor y tristeza. Era incontenible el nudo que ahorcaba mi garganta y las lagrimas brotaron de mis ojos, haciéndome sentir victoriosa en una mínima parte y culpable en el resto de mi ser. Cuando ambos nos damos cuenta que no sabemos que hacer en estas situaciones.